jueves, 11 de julio de 2013

Swami Vivekananda.






"¡Oh mente!, vamos a nuestra propia morada.
Vestida de extranjera,
¿por qué andas como un vagabundo en esta extraña tierra?
Estos seres vivientes que te rodean
y los cincos elementos, ninguno tuyos son:
todos para ti son forasteros.
 encariñandote con ellos, ¡oh, menteloca!
¿Por qué te olvidas de ti misma?
¡Oh, mente!, asciende por el sendero de la verdad.
Con el amor puro como luz de tu sendero,
sigue tu ascenso sin descansar.
Como provisión de tu jornada
contigo lleva las virtudes pero ocúltalas bien.
porque en el camino dos asaltantes hay.
Son la avaricia y la ilusión,
que tratarán siempre tus tesoros robar.
Mantén la constante compañia de tus guardianes:
autrocontrol y tranquilidad.
Ellos de todo riesgo te protegerán.
La hostería de descanso en el sendero
para tí sera la compañia de los santos.
Allí a ratos podrás descansar
y si alguna duda tienes sobre Aquel que te vigila,
ellos con sano consejo te guiarán.
Si miedo te causa alguna cosa en el sendero,
el nombre de Dios repite en alta voz.
De ese sendero Ël es Gobernador,
y hasta la muerte se inclina ante El."

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