sábado, 23 de febrero de 2013

Swami Vivekananda




A continuación narramos una visión que Sri Ramakrishna Paramahansa tuvo de Narendra (Swami Vivekananda) que nos revela la naturaleza interior que el Maestro percibía en su discípulo, lo cual le hacia sentir un amor tan sublime por él que incluso a veces le hacía entrar en Samadhi.

“Un día estando en Samadhi, vi que mi mente ascendía por un sendero luminoso. Después de atravesar la esfera física y mental, vi una barrera luminosa que separa  la esfera  de la existencia  relativa de la esfera del Absoluto. Cruce aquella barrera y mi mente entró en el reino de lo indivisible. En ese reino no había más formas; ni siquiera los dioses se atrevían a entrar allí. Pero un momento después  vi que en ese inefable  reino había siete ancianos rishis de cuerpo luminoso sumergidos en conocimiento, santidad, renunciación y puro amor, no solamente a los grande santos, sino también a los dioses. Mientras contemplaba maravillado sus elevados espirituales, vi como una parte de ese reino luminoso incondicionado se condensaba adoptando la forma de un niño. El Divino Niño se acercó a uno de los sabios, lo abrazó con un gran amor y con su dulce voz le pidió que descendiera del Samadhi. La caricia de sus manos y la dulce voz del Niño hicieron salir al sabio del Samadhi, y con los ojos semiabiertos le miró, comprendiendo que era el tesoro de su corazón. El extraordinario Niño se sintió muy contento y le dijo: ‘Yo voy a la Tierra, y tú también tienes que venir conmigo’.

El sabio permaneció en silencio, pero en su tierna mirada se reflejaba el asentimiento. Mientras contemplaba al Niño entró de nuevo en Samadhi. Luego vi asombrado que una parte de su ser descendía a la Tierra en forma de luz. Nada más ver a Narendra, me di cuenta de que él era aquel sabio”.

La moraleja de esta cita extraída del libro que se escribió sobre Ramakrishna Paramahansa: “El Evangelio de Sri Ramakrishna” y, cuya versión original se le atribuye al erudito bengalì Mahendra Nath Gupta,  es la siguiente:

...Más tarde cuando los discípulos le preguntaron acerca del Divino Niño, Sri Ramakrishna les dijo confidencialmente que ese Divino Niño era él...

...Unos días antes de morir el Maestro llamó a Narendra (Vivekananda) a solas. Mirándole, entro en éxtasis. Narendra sintió como si algo estuviera entrando en él. Un poco después vio a Ramakrishna llorando . El Maestro le dijo: “Hoy, te lo he dado todo y me he quedado como un pobre fakir. Tú realizarás la obra de la Madre”. Con estas palabras el Maestro dejaba a su discípulo Swami Vivekananda encargado de continuar su obra evangelizadora.

El 16 de agosto de 1886, Sri Ramakrishna abandonó su cuerpo después de haber dejado en los corazones de sus devotos un mensaje inmortal: “El Señor toma un cuerpo humano por amor a aquellas almas puras que aman a Dios”.

La esencia de la enseñanza del Maestro se encuentra en estas palabras de su discípulo Swami Vivekananda:

“¡Oh, hombre! ¡Dios está en ti! Realízalo y sé dichoso.”