viernes, 28 de junio de 2013




"Aquél que piensa que es libre, se vuelve libre; aquél que piensa que está ligado, ligado permenece,
uno se convierte en aquello que piensa."
Solamente el que está siempre conciente de la idea de libertad, se vuelve libre; el que piensa que está
ligado, permanece vida tras vida en el estado de ligadura. Es un hecho. Esta verdad es aplicable tanto a los asuntos espirituales como materiales. Los que están siempre deprimido y desanimados en esta vi
da, no pueden realizar ningún trabajo; vienen y van de una vida a otra murmurando y lamentándose.
Sólo los héroes disfrutan de esta tierra" ésta es una verdad infalible. Un héroe dice siempre. "No tengo
temor". Dile esto a todo el mundo: "No temas!" El temor es muerte, es pecado, es el infierno, es la per
versidad, es el extravío en la vida. Todos los pensamiento vienen de este malsano espíritu de temor. Por lo tanto digo: "¡Sé intrépido. No temas"!

domingo, 16 de junio de 2013

Swami Vivekananda.



En esta existencia corpórea te sentirás agitado una y otra vez por las olas de la felicidad y el sufrimiento; prosperidad y adversidad, pero sabe que todas ellas
son de corta duración; nunca te preocupes por ellas. " Yo soy el Atman, sin naci
miento y sin muerte, cuya naturaleza es Inteligencia", implantando esta idea fir
memente en tu corazón, pasa los días de tu vida. " No tengo nacimiento ni mu-
erte; soy el Atman siempre puro", piérdete completamente en esta idea. Si uno
puede volverse uno con esta idea, entonces, a la hora del pesar y de las tribula
ciones, esa idea surgirá de por si en tu mente, y no tendrás que luchar para sen
tirla.
El otro día, estando en casa de Babu en Baidyanath, sufrí un ataque de asma
tan fuerte que me sentí morir. Pero desde mi interior, con cada respiración sur-
gía el sonido de tono profundo, " yo soy El" "yo soy El". Lo escuchaba constante
mente. Y también oía:
"Lo Brahman, el Uno sin segundo, El solamente existe; nada múltiple existe en
el mundo."

domingo, 2 de junio de 2013

Bhagavad Gita.



                                        


Recuerda discípulo, que nadie puede llegar a la realización de Dios si no renuncia a la caprichosa voluntad que posee múltiples intenciones.
Cuando un hombre no siente apego alguno por las acciones mundanas ni por los objetos de sensación, y renuncia a la voluntad intencionada, o sea, el libre albedrío tan defendido por el ego mortal, queda establecido en la devoción a Dios.