Debes cultivar una actitud de inseparable apego al Señor, que es tu mismo ser.
Si Él es una flor, tú debes sentir que eres la abeja que extrae el néctar de ella;
si es un árbol,sé una enredadera que se aferra a él; si es un acantilado, siente
que eres una cascada que corre por el mismo. Si es el cielo, sé una pequeña es
trella que titila en él; pero por sobre todas las cosas, sé conciente de la verdad
de que tú y Él están unidos por el amor Supremo. Si sientes esto intensamente,
el viaje será rápido y alcanzarás fácilmente la meta.
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