Establecido en el plano del Conocimiento Absoluto vaga por el mundo, ora como un loco, ora como
un niño, o como un andrajo, a veces desnudo, a veces bien vestido, a veces cubierto de cualquier piel
o corteza de árbol.
Siendo la figura de no-deseo, siempre satisfecho con su propio Ser, y sitiéndose presente en todo, el sabio vive solo y goza de los objetos.
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