Lo más importante para cada es su conducta. La conducta está determinada
por el estado mental. En lugar de ceder ante los impulsos de los sentidos,
cada acción debería realizarse como una ofrenda a la Divinidad.
Sean indiferentes a la censura y al elogio. Semejante ecuanimidad sólo puede
provenir de la Fé en Dios.
Al carecer de esta Fé y llenarse de orgullo pensando que es el hacedor de
todo, el hombre queda inmerso en el pesar y las dificultades.
Quien se jacta de sus logros debería reconocer que es el autor de sus
desdichas.
No puede afirmar que es el hacedor y, al mismo tiempo, negar su responsabi
lidad por las consecuencias de sus acciones...
Desarrollen el hábito de observarse a ustedes mismo y corregirse.
La autocorrección y la autodisciplina son tan importantes como la autorrealiza
ción.
Los sentidos- los ojos, los oídos. la lengua- son dones de Dios. Deberían
ser usados sólo para propósitos sagrados. Hay un único camino para realizar a
Dios: la senda del amor Divino. Ustedes provienen de la Divinidad, y su
destino es fundirse en la Divinidad. Tengan sólo pensamientos sagrados y
realicen únicamente acciones sagradas. Asi estarán santificando sus vidas...
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